Hoy visitamos el restaurante de una popular cadena de restaurantes que acaba de llegar a Gijón. Hablamos de la cadena madrileña Grosso Napoletano, una cadena de pizzerías donde, prima el producto de origen y la masa, realizada al más puro estilo napolitano. Todos los amantes de la pizza, y los que alguna vez se hayan interesado por este delicioso manjar, sabrán que este es un producto originario de Nápoles, aunque en su viaje por el mundo ha conocido otras formas de elaboración, donde destacan la romana, siciliana o la neoyorquina entre otras. La diferencia fundamental está en la masa de cada una. Las napolitanas son masas muy elásticas, se hornean por apenas un minuto y son características por su tierno y grueso borde. En el caso de la romana, hablamos de una masa fina con menos agua que la napolitana, horneada más tiempo, y con un toque de aceite, con lo que hablamos de una masa más crujiente y un borde mucho más fino. Existen otros tipos, como las mencionadas neoyorkinas y siciliana, o incluso variantes como las argentinas, griegas o chicago.
La carta de pizzas de Grosso Napoletano es amplia, unas quince propuestas, donde podemos encontrar propuestas clásicas como prosciutto e funghi, o margeritha, clásicos reinterpretados como la calzone con salami picante y una serie de propuestas propias donde resulta difícil decidir, porque además de la variedad, tengo que decir, que para ser pizzas no resulta una carta sencilla. No tienen cartas físicas y has de mirarlo con un código QR en el móvil. Tienes que leer los ingredientes de todas ellas, y pueden dedicar un buen tiempo hasta que te decides por algo, ayudándote en paralelo de google. Ojo si vais gente que no tengan móvil, porque os podéis eternizar. Usan como otros muchos restaurantes italianos, un lenguaje mezcla ítalo-español, para lo que entiendo es darle un toque más auténtico, pero entran en conceptos un poco ridículos como decir, prosciutto cotto, que no es más que jamón cocido, o referencias más concretas a los productos utilizados, como, mozzarella fiordilatte, o tomate San Marzano, que está muy bien indicarlo, pero no creo que aporte nada al comensal que no esté familiarizado o instruido en estos conceptos, más allá de lo rimbombante de los nombres en italiano de todos los productos de la carta, porque ¿Cuántos sabemos que es el tomate San Marzano? pues supongo que pocos. Luego, te indican, por ejemplo, «salame picante napolitano» mezclando palabras en español e italiano, y me pregunto si carta está en italiano que pongan «salame piccante napoletano» y si no, que lo pongan en español.
En general, tanto en la carta como en los propios empleados, se ve lo incisivos que son en una serie de conceptos, en los que quieren que repares y que resultan identificativos para ellos; obviamente la masa, algo básico en una pizza napolitana, también el uso del horno de piedra, los ingredientes importados de Italia directamente y por último a los pizzaioli o más españolizados como pizzeros. Ojo, según su página web vienen directamente de Nápoles. En estos casos me pregunto siempre, si ser de Nápoles presupone saber hacer buenas pizzas, pero bueno, como si me llevan a mí a Nápoles a hacer fabada o me traigo a un brasileño a meter goles al Sporting.
Su carta se complementa con algunos entrantes, antipasti como por ejemplo insalata cesare burrata di stagione, o capaccio di zucchine, y de postres, una pizza de nutella, tiramisú o helados, entre otros. Sin duda uno de sus alicientes a destacar, es el de contar con una carta específica sin gluten que hará las delicias de celiacos y acompañantes, ya que no es fácil acudir a un restaurante donde todos puedan disfrutar por igual.



El local se sitúa en Begoña, en la calle San Bernardo 87, esquina con Dindurra. Local decorado con las tendencias actuales, y que podemos ver en cada restaurante que abre, es decir impersonal, que lo mismo te pone una pizza como te pone una hamburguesa dry aged (algún día tendríamos que hablar de este fenómeno) con abundante presencia de plantas y follaje plástico vario, aspecto industrial, combinando metal y madera, e iluminación cálida, ah!, y el neón que no falte, con una frase chula.
En nuestra visita pedimos tres pizzas que pude probar. Primero una pizza Prosciutto e funghi sin champiñones. Resulta curioso que la carta especifique claramente que añadir o modificar un ingrediente de la receta original supone dos euros de más. Ya ves, si algo no te gusta o te sienta mal y no lo quieres, pagas dos euros y listo. Podría entenderlo si quieres añadir, pero al retirar no le encuentro sentido a dos euros de más en una pizza. Lo curioso es que en el ticket me cobrar una margarita, pero con un suplemento de jamón. La masa muy rica pero el conjunto, sencillito, nada del otro mundo. El jamón que llevaba era por demás, demasiado para mi gusto, excesivo. También pedimos la vera carbonara, una pizza basada en la carbonara, con guanciale, salsa de yema de huevo y pimienta negra. El primero trozo bien, el segundo también bien, el tercero regulinchi y el cuarto y siguientes repunan. Como en el anterior caso, demasiado guanchiale y la salsa de huevo, no sé cómo se hará, pero no aporta el sabor clásico de la carbonara. Por último, personalmente pedí una nobile borguese, es decir una pizza de crema de trufa, champiñones, speck y mozzarella con un toque de perejil. Por la foto, podéis ver el «toque» de perejil. Tuve que retirarlo porque obviamente no hay quien se coma nada con esa cantidad de perejil con tallo incluido. La trufa no la percibí por ningún sitio.
No he tenido el placer de visitar Nápoles, para valorar si realmente estamos ante pizzas al mas puro estilo napolitano, pero he comido pizzas tan buenas o mejores en restaurantes italianos de Gijón.
En cuanto al personal, muy bien, muy atentos a todo, un servicio rápido y un negocio muy informatizado, con descuento de bienvenida si te registras en el programa de fidelización, y con el que recibes un regalo después de seis visitas. Admite reservas directamente desde google, y el precio con descuento del 15%, fue de unos 15 € por persona.

Pedi el otro dia una cuatro quesos, de base bianca de mozzarella fiordilatte, scamorza ahumada, gorgonzola, lascas de parmesano y albahaca y la depepcion ha sido enorme. NO SABEN A NADA. A mi que les hayan dado un precio a la mejor pizza artesanal, me deja loker
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