ATM Burgers Gijón: carne buena, ambiente de hospital

No soy yo muy fan de las nuevas hamburgueserías que están brotando por Gijón como si fueran setas, pero a veces hay que hacer ciertos sacrificios por la familia. Así que hoy os cuento mi experiencia en ATM, una cadena de hamburgueserías nacida en Oviedo que este verano ha aterrizado en el centro de Gijón, concretamente en la calle Covadonga 5, ocupando nada menos que el espacio del mítico Savoy. No sin cierta polémica, claro, porque cerrar un clásico para abrir otra hamburguesería más no ha sentado bien a todo el mundo.

ATM, de toda la vida, ha significado “A Toda Mesa”, pero ahora parece que buscan un aire más moderno y se hacen llamar Atomic Burgers. Marketing y rebranding, ya sabéis.

Y empiezo sin rodeos: el local no me gustó nada. Un espacio frío, impersonal, sin decoración ni ambiente. No invita a quedarse. Parece más una sala de espera que un restaurante.

La carta es online (sí, otra vez el QR), y ofrece hamburguesas, burritos, patatas, algo de picoteo y ensaladas. La oferta de hamburguesas es amplia, con unas 14 opciones, así que hay variedad.

Yo me decanté por la EMMY: pan brioche, carne de vaca asturiana de los valles, bacon, queso ahumado, cebolla caramelizada y salsa emmy, hecha con mayonesa, semillas de sésamo negro y especias coreanas.

La hamburguesa, la verdad, estaba buena. Buena combinación de sabores, carne en su punto, aunque el tamaño no era para tirar cohetes. El resto de hamburguesas que se pidieron en la mesa también gustaron. Por ejemplo, la Costra Italiana, con doble smash, cheddar curado, cebolla y salsa de la casa, y la Costiburger, con carne asturiana, cheddar, bacon, costilla deshuesada y salsa barbacoa. Detalle importante a tener en cuenta es que cada mes tienen una hamburguesa en cuyo precio se dona parte a una entidad local u ONG. Una buena forma de dar visibilidad a miles de entidades sociales locales y una forma de apoyarlas y ayudarlas con la complicidad de los clientes: bien.

De acompañamiento pedimos una ración de patatas normales y otra con pulled pork, salsa ranchera y parmesano rallado. Las patatas, con corte grueso para dipear, estaban bien. Las que llevan toppings sufren el clásico problema: las de arriba sabrosas, las de abajo secas y olvidadas.

El sabor, en general, fue bastante bueno. El servicio, correcto. Pero lo del local… es que es realmente feo. Y cuando el espacio no acompaña, la comida no luce igual. Ni siquiera la vajilla acompaña, con platos y bandejas metálicas que en ese contesto no hacen más que reafirmar la frialdad del espacio.

La cuenta fue de unos 20 € por persona, con un refresco y sin postre. Las hamburguesas oscilan entre los 11 y los 16 €, precios que ya se han normalizado en este tipo de locales, donde se visten las hamburguesas con toda clase de adjetivos para que parezca que no estás comiendo algo tan básico. Las patatas cuestan casi 5 €, y si llevan algo por encima, se van fácilmente a los 8 €. Y ni una triste salsa de cortesía en la mesa: ni mayonesa, ni kétchup, ni nada.

Atomic Burgers sirve hamburguesas ricas, sí, pero nada que no hayamos probado ya en mil sitios parecidos. El problema es que, más allá del plato, la experiencia es plana, sin alma y sin gracia. Un local desangelado, precios inflados para lo que ofrecen, y ni una mísera salsa en la mesa. Se nota el esfuerzo en el marketing, pero no tanto en crear un sitio donde apetezca volver. Lo dicho: buena carne, pero envoltorio vacío. Y para eso, sinceramente, hay opciones mejores en Gijón.


Una respuesta a “ATM Burgers Gijón: carne buena, ambiente de hospital

  1. Totalmente de acuerdo. Las burguers son muy ricas, y encima hacen temas solidarios como el que hicieron la Asociacion Gijonesa Cuantayá, pero el local es super frio y sin nada de personalidad. La estética puede ser buena, pero le falta algo, un no se que, para que quede bien.

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