Hoy visitamos uno de los restaurantes más populares de Gijón según la web tripadvisor, el Bistró 21. Situado en la calle Aguado 21, en pleno barrio de la Arena, se trata de un local no muy grande, con su comedor alargado, bastante acogedor. Gastronómicamente no sabría muy bien como clasificarlo. En su carta podemos encontrar propuestas como gua bao, gyozas, goulash, cous cous o piadinas, con lo que diríamos que es un restaurante fusión, aunque con clara influencia de la cocina árabe y ahora veréis porqué. Sin duda su fuerte son los menús, una propuesta semanal que no llega a los 16 euros o 21 el fin de semana, con pan, bebida y postre incluido.
En nuestra visita optamos por el menú que consistía en tres primeros a elegir y tres segundos. Los primeros eran tartar de tomate con aguacate, mousse de queso y sardina ahumada, o brioche relleno de chili con carne, alioli de ras el hanout y cebolla caramelizada, o pastela marroquí de pollo y dátiles con tabulé y emulsión de albahaca. De segundo, canelones de boletus y trufa con crujiente de parmesano, o solomillo ibérico relleno de frutos secos y salsa de naranja o bacalao confitado con muselina de boniato y emulsión de membrillo y azafrán. Como veréis la influencia de la cocina árabe es evidente, y más aún en los sabores y su combinación; canela, cus cus, naranja, frutos secos,…
Nosotros optamos para probar un poco más, dos y dos, el brioche y la pastela de primeros y el canelón y el solomillo de segundos.






En general todo estaba rico, pero me daba una sensación de cierta saturación de sabores, o de aquello que decía un anuncio de «la potencia sin control no sirve de nada» No sabría explicarlo, aunque las fotos igual lo ilustran bien. Es cierto que la cocina árabe es una cocina con muchas especias, en comparación con la española, pero en este caso tenía una cierta sensación de exceso, que me gustaría saber si a alguien más que lo conozca le pasó. No digo que este mal, que no sea necesario, o cualquier otra idea similar, ni mucho menos, pero es como si una persona sin formación formal en gastronomía, pero amante de la cocina, elaborara los platos. Los sabores y combinaciones están muy bien, pero les falta una especie de filtro que los pula. De igual forma, en las presentaciones, les sobra un poco de barroquismo y quizá algo menos en los ingredientes. Me imaginaba a Pepe Rodríguez de Master Chef, diciéndole al cocinero, está bueno, bien la idea, la combinación, pero le falta un pulido para dejar el plato feten.
Todos los platos estaban muy buenos, abundantes y pedimos postre por probarlos porque no podíamos más. Los postres lamento decir que no me gustaron. Tarta de mascarpone y plátano y tarta de queso y papaya. Ambos muy fuertes de sabor y demasiado repunantes para mi gusto. Yo para los postres soy demasiado clásico.
En general buenas sensaciones, bien atendido y relación calidad precio es correcta.
