Si hay algo que define a Valladolid es su amor por el buen comer, y más concretamente, por los pinchos. Durante nuestra última visita, decidimos hacer una ruta gastronómica para descubrir algunos de sus rincones más sabrosos, desde los más tradicionales hasta los más innovadores. Y aquí va el resumen de esta deliciosa aventura.
La primera parada fue en un pequeño pero encantador local en la calle Correos: restaurante Jero . En palabras de sus propios dueños, lo que hacen allí es gastronomía en miniatura, y no se equivocan. Probamos cecina con manzana, boletus y roquefort; foie con PX; un rollito de cecina con membrillo, emmental y cebolla caramelizada; mini hamburguesa y un montadito de solomillo con foie. Todos estaban espectaculares. El local no es muy grande, pero si evitas la hora punta, puedes hacerte un hueco sin problema. Tiene además una barra exterior, ideal para fumadores o valientes que no temen al frío, y también restaurante. La decoración es muy cuidada, y la barra está repleta de pinchos para comer con la vista. Muchos son tipo montadito, con base de pan, y con nombres tan curiosos como Zapatero, Messi o Misión Imposible. Los precios, de 3,5 y 4,5 euros.
Continuamos la ruta hacia la calle Campanas, donde nos esperaba la parrilla Vinotinto. Un espacio más amplio, con comedores grandes, una buena terraza y una zona de pinchoteo pensada para estar de pie y disfrutar con tranquilidad. Aquí optamos por un pincho de ventresca, tosta de cecina, huevos matanceros con jijas y un pincho de lechazo a la parrilla. Todo estaba bien, aunque sin destacar especialmente. Eso sí, cuentan con una carta de vinos bastante completa y una buena oferta de raciones: embutido, morcilla, revuelto de bacalao, quesos…




En la calle Caridad descubrimos uno de los locales más populares de la ciudad: La Tasquita Nos encantó el ambiente, tanto en la terraza como en el interior, y su carta variada con tostas, bocadillos, tapas y raciones, además de opciones sin gluten. Aquí no te puedes perder la carrillera con manzana, el crep de rape con salsa de carabinero, la tostada de gambas o el tartar de solomillo a la pimienta. Los precios son muy razonables, entre 3,50 € y 4,50 €, y alguna tapa más elaborada puede llegar a los 6 €, pero merece la pena.
Y por supuesto, no podía faltar en nuestra ruta uno de los templos del pincho en Valladolid: Los Zagales Con una decoración de estilo castellano y una terraza bajo los soportales equipada con calentadores, este local se ha hecho famoso por sus pinchos creativos y premiados. Aquí probamos el famosísimo Tigretostón, que mezcla pan negro, crema de queso, cebolla roja confitada, morcilla y tostón. Una auténtica delicia con forma de trampantojo que imita al mítico Tigretón, y que ganó el Concurso Nacional de Tapas en 2010.
También nos sorprendió el Breadbag, una mini baguette brava de calamares con alioli, servida en un envase comestible. Fue un homenaje a un local vecino conocido por su bocadillo de calamares, y se llevó el segundo premio en 2011. Otro de los platos más llamativos fue Tierra, Mar, Aire, una combinación servida en un pequeño frasco de vino verdejo con chipirón relleno, cocochas, espárragos y pimiento del piquillo. Al verter hielo seco sobre el verdejo, se genera una fumata que calienta el chipirón y libera los aromas del vino. Espectacular.
Seguimos con Obama en la Casa Blanca, servido en un cuenco que recuerda la cúpula del Congreso estadounidense. Lleva una base de hojaldre, crema de champiñones, huevo trufado a baja temperatura y patatas deshidratadas con tinta de calamar. También probamos Pata Negra, un montadito sencillo pero delicioso con magreta de cerdo, pan de leche, mozzarella trufada y mostaza.
Uno de los pinchos más sorprendentes fue La Velada Perfecta, que llega a la mesa simulando una vela encendida. Está hecha de pollo de corral en pepitoria, con manzana, pistacho y una cobertura de chocolate blanco. Fue premiado con el Pincho de Oro en 2020. Y para cerrar con broche de oro, el Kojaz, un chupa-chups de perdiz con esfera de vino oloroso que recuerda a los caramelos Kojak. Esta creación ganó el segundo premio en el concurso nacional de tapas de 2024.








Los precios aquí no son los más bajos (rondan los 4,60 € o más, especialmente en terraza), pero cada pincho es una experiencia. Sin duda, Los Zagales es una parada obligada en cualquier ruta de pinchos por Valladolid.
Este orden está pensado para hacer el recorrido caminando tranquilamente por el centro de Valladolid, sin retroceder ni perder tiempo:
- Restaurante Jero (Calle Correos, 11)
🕓 Hora sugerida: 13:00 – para evitar la hora punta y encontrar sitio.
Qué probar: rollito de cecina, mini hamburguesa, montadito de solomillo con foie. - La Tasquita (Calle Caridad)
🕓 Hora sugerida: 13:45–14:00
Qué probar: carrillera con manzana, crep de rape, tartar de solomillo.
(Ideal para terraza si hace buen día) - Vinotinto (Calle Campanas, 4)
🕓 Hora sugerida: 14:30
Qué probar: huevos matanceros con jijas, tosta de cecina, pincho de lechazo.
(Buena opción si quieres sentarte o compartir raciones) - Los Zagales (Calle de la Pasión, 13 – muy céntrico, cerca de la Plaza Mayor)
🕓 Hora sugerida: 15:00 – para cerrar con broche de oro.
Qué probar: Tigretostón, Obama en la Casa Blanca, Kojaz, Velada Perfecta.
(Aquí vale la pena pedir 2-3 pinchos distintos para compartir)
Este recorrido se puede hacer perfectamente andando (menos de 10 minutos entre cada sitio). Ideal para un día de tapeo relajado por el centro histórico. Si tienes ganas de mas sitiso no dejes de probar La Mejilloneria, El Corcho o cualquiera de los muchos que encontraras en el entorno de la Plaza Mayor.
Como recomendaciones finales para disfrutar la ruta
- Evita los fines de semana a la hora punta (14:00–15:30). Si vas sábado o domingo, intenta empezar antes o reserva mesa si el local lo permite.
- Comparte los pinchos. Algunos son grandes o potentes, ¡y así puedes probar más variedades!
- No te olvides del vino. Valladolid tiene grandes vinos (especialmente verdejos y tintos de la Ribera del Duero). Muchos locales ofrecen maridajes o vinos por copas que valen la pena. Si sois un grupo grande, no dudes de pedir la botella directamente, os saldrá mejor de precio.
- Pregunta por los pinchos fuera de carta. Algunos locales sacan pinchos del día o tienen sugerencias que no están en la barra.
- Ten algo de efectivo. Aunque casi todos aceptan tarjeta, algunos pinchos en barra pueden pagarse más rápido en metálico, sobre todo si vas de pie.
- Reserva en Los Zagales si quieres sentarte. Es el más turístico y se llena rápido, sobre todo en terraza.
Como ves, la ciudad es un auténtico paraíso del tapeo. En apenas unas calles puedes viajar desde lo tradicional hasta lo más vanguardista, y cada sitio tiene su propio estilo y encanto. Si te gusta disfrutar de la comida con los cinco sentidos, Valladolid es un destino que no decepciona.
¿Has probado alguno de estos sitios? ¿Tienes tu pincho favorito en Valladolid? ¡Cuéntamelo en los comentarios o recomiéndame otros para la próxima visita!
Y si te ha gustado esta ruta, no olvides compartirla o guardarla para tu próxima escapada gastronómica. 😋🍷
