Hoy nos vamos hasta Luanco a visitar uno de los restaurantes que tenía apuntados en mi agenda desde hace más tiempo, y de los que más ganas tenía; el restaurante italiano Di María. Situado en el centro de la villa, en la calle Ortega y Gasset 14 esquina calle Oviedo, dispone de dos comedores y terraza donde disfrutar de la carta o de un aperitivo si el tiempo acompaña. Ojo, solo abre en temporada de verano y creo que en navidad (consultar sus perfiles en RRSS)
El restaurante regentado por María Secades, alumna aventajada del conocido chef Andrea Tumbarello del restaurante Don Giovanni de Madrid, resulta un verdadero lujo para Asturias. No es común disponer de un restaurante italiano de este nivel, sin desmerecer la buena y amplias propuestas que tenemos, pero donde poder disfrutar, por ejemplo, de una auténtica carbonara, así como del resto de propuestas del popular chef siciliano, que muchos veríais en programas como Masterchef o Aquí la Tierra.
La completa carta con propuestas de antipasti (entrantes) pizzas, pasta fresca, rellena, risottos y carnes, una amplia oferta donde perderse entre cientos de platos a cual más apetitoso. Además, una amplia oferta en vinos patrios e italianos como no podría ser de otra forma.





Nosotros empezamos por un antipasto de provolone, queso fundido acompañado de pan de ajo. Si te gusta este plato, aquí lo gozarás. Como plato principal me incliné por un panzerotti funghi, pasta fresca rellena de queso y setas, con salsa de nata setas y parmesano, realmente delicioso para los amantes de los funghi, pero tengo que volver a probar el fagotti formaggio e pere, relleno de pera y queso, con crema de gorgonzola que era mi opción B. Del resto de la mesa pude probar la carbonara l´originale «Andrea Tumbarello», spaghetti con yema de huevo, pimienta, queso pecorino y guanciale, es decir la carbonara como se hace originalmente, muy buenos. También los tagliatelle burro, con cava, mantequilla, parmesano y trufa fresca, súper ligeros de sabor, ricos también. Y por último los tagliatelle a la bolognese, con tomate, carne picada parmesano y orégano. Buenos, si bien uno está acostumbrado a que no estén tan intensos de sabor a orégano.
De postre, a pesar de las abundantes raciones, no pude dejar pasar la oportunidad de probar la torrija de panettone, recordando la que disfrute en el restaurante madrileño A vÁnvera . En este caso, servida con helado de yogurt, resulta un postre realmente rico, así que si te gusta el panettone no dejes de probarlo.



Para beber tomamos agua y un vino italiano que nos recomendó María, de bodega Tenuta Garetto, Barbera d´Asti un tinto DOCG, de la zona de Piamonte, muy rico y suave, perfecto para comer con la pasta.
Buena atención y con ganas de volver a probar más cosas de su apetitosa carta. El precio fue de 25 € por persona.