Comer en la Toscana, primera parte

Los que leéis este blog, sabréis que no suelo prodigarme en escribir artículos relacionados con locales de fuera de Asturias, y mucho menos de fuera de España; bueno tampoco es que sea yo un viajero empedernido, qué más quisiera yo, y lo cierto es que, viajando con niños, muchas veces condicionan las posibilidades de restaurantes a los que acudir, con lo que el interés que puede tener determinados sitios, creo que no es muy relevante. No obstante, en esta ocasión si os quiero contar un poco mi experiencia en un reciente viaje realizado al norte de la Toscana, por si tenéis la suerte de poder visitarla y os pudiera servir de ayuda mi experiencia, porque ¿quién no ha soñado alguna vez con viajar a la Toscana?

Para empezar, tengamos en cuenta que un viaje a la Toscana, y en general a Italia, está muy influenciado por la percepción que tenemos, a través de los medios y de nuestra experiencia, de cómo es la zona y, sobre todo, de lo que aquí conocemos como comida italiana. Salvo excepciones, no siempre una pizza o unos macarrones nos muestran las maravillas de la cocina italiana. Puede estar delicioso, sin duda, pero en comparación, lo que conocemos por cocina italiana, suele distar de lo que es la realidad. Todos comemos y visitamos restaurantes y pizzerías italianos, o por lo menos, adaptados a los gustos locales, así que vayamos con la mente abierta y dispuestos de disfrutar.

Como la mayoría de cocinas tradicionales, la toscana, es una cocina basada en ingredientes básicos y sencillos, y entre todos ellos, cabría destacar algunos productos que no puedes perderte.

Empezamos por la carne, con la bisteca fiorentina a la cabeza, un chuletón a la parrilla con pimienta y poco hecho. Con base de carne encontraremos muchos preparados; una pasta con salsa ragú, es decir una salsa de carne, con cinghiale, anatra o vitello (jabalí, pato o ternera), que, a diferencia de la bolognesa, la carne no está picada, y suele ser un guiso de tiempo más largo. También los embutidos, básicos en cualquier antipasto (entrante), tablas variadas que incluyen normalmente jamón, salami o mortadela, con una variedad amplísima, y normalmente acompañado con algún queso de la zona como el famosos pecorino toscano, que también encontraremos en numerosas elaboraciones de pasta.

Si sois más atrevidos podéis probar el famoso lampredotto o la trippa, casquería típica de Florencia. Yo no tuve ocasión, pero sí de probar otro clásico que encontrareis en muchos sitios; los bocadillos de porchetta, un cerdo entero asado al horno y aderezado con diversas hierbas aromáticas.

Por supuesto, la pasta. Entre las más habituales, además de los clásicos, tagliatelle, gnocchi, pappardelle, spaghetti… encontraréis los picci, pasta larga, tipo espagueti, pero mucho más gordo. Se suelen presentar con diferentes salsas, un sencillo all’aglione (aceite y ajo) un ragú de carne, con porcini (boletus) o aderezado con tartufo (trufa), muy típico de la región, sobre todo el blanco, de la que podemos encontrar tiendas dedicadas exclusivamente a esta maravilla culinaria en sus diferentes elaboraciones. Muy habituales también, los aquí llamados llamados tordelli (pasta rellena), acompañados de ragú, alla lucchese (al estilo de Lucca) o los gnudi, similar al gnocchi, pero de pasta en vez de patata.

Además de los anteriormente comentados embutidos o quesos, también solemos encontrar en los menús como antipasto, los crostini; tostas de pan, con patés, ajo y aceite o simplemente gratinados con queso. También la pappa, el primo italiano del gazpacho, un plato de aprovechamiento en el que se mezcla pan duro, tomate, caldo de verdura, aceite y albahaca.

Y por último regarlo todo con un buen vino de la región, un Chianti, Brunello di Montacino o Montelpulciano entre muchos más.

Como veis, si te gusta la comida, en cualquier lugar de Italia disfrutarás como un cochino jabalí, y si amas la cocina italiana, te sentirás como un gochu revolcándose en un charco de barro, y no te costará encontrar locales donde comer bueno, bonito y sobre todo barato.

Una cosa que nos llamó la atención fue lo soso que era el pan, lo cual te sorprende, por lo que investigando un poco di con el origen y la razón de dicho pan , ya que no es un hecho casual el que esté soso. Resulta es que es típico de la Toscana, el llamado pan sciocco, literalmente pan soso. Este pan tiene una base histórica, y es que en el 1100 la ciudad de Pisa el corto el suministro de sal a Florencia, a pesar de que se continuó haciendo pan, ya que era un elemento básico en la dieta de finales del S XI. Desde entonces el pan se hace sin sal y se sirve como acompañamiento para los antipasti. Suele ser un pan de hogaza redonda o alargada, con una corteza firme y crujiente.

Empezamos nuestro viaje y comencemos con un clásico mundial como la pizza, pizza en porciones que en numerosas ciudades de Italia podemos disfrutar en la calle, esta vez en la preciosa ciudad de Lucca. Pizzeria da Felice es un pequeño local situado en la Via Buia de esta histórica ciudad italiana. Decoración de probablemente los años 70, pero pizzas sencillas y deliciosas por muy poco dinero. Masa fina y deliciosa salsa de tomate. También en Lucca, no pierdas la ocasión de sentarte en una terraza de la Piazza dell´Anfiteatro y tomarte algo, mientras descansas y disfrutas de un espacio único.

Ahora nos vamos a comer en una bodega de la región de Lucca, la Fattoria Il Poggio, en Via San Piero de Montecarlo. Una finca preciosa con terraza y dos comedores. Uno de ellos en la bodega.

Vino de elaboración propia con las viñas de la zona de Montecarlo y una cocina deliciosa. Ravioli Pecorino e Pere; ravioli con queso pecorino y pera; Coniglio all`etrusca; guiso conejo a la etrusca con aceitunas. Tordolli alla luchesse; pasta fresca rellena de carne, mortadela y queso, típico de la ciudad de Lucca y muy consumido en la región toscana. Ravioli provola e speck; pasta rellena con queso y con jamón tipo speck, típico de la zona tirolesa de Italia. Maccheroni all`anatra; pasta fresca con pato. Y como no un auténtico tiramisú… delicioso, y unos precios fabulosos, solo el conejo llegaba a los 10 €.

Sin alejarnos y en la pequeña ciudad de Montecarlo, tenemos una amplia variedad de restaurantes en su calle principal. Entre ellos destacan dos. La primera, la Trattoria Montecarlo (Via Roma, 30)

De entrante pappa, ligeramente templada, muy rica o las conocidas fiori di zucca, flores de calabaza rellenas de queso, realmente ricas y sencillas, unos tortellini con trufa o unos deliciosos gnocchis. Cocina italiana sencilla pero cuidada y acompañado de un rico vino tinto Montecarlo Rosso Vigna del Greppo.

En quince días os seguiremos hablando de la Toscana y de sus maravilla gastronómicas.


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