¡Que cocine Valentina!, Venta las ranas

«Aquí no hay wifi, hay pájaros» – Toda una declaración de intenciones que luce en la puerta del local que Valentina regenta en Venta las ranas, Villaviciosa, desde que hace unos años, decidiera escapar de la gran ciudad y montar su propio negocio, esta trattoria rural, donde la calidad es lo primero.

Esta milanesa ha logrado compaginar su profesión y pasión por la cocina, con una calidad de vida envidiable, en un privilegiado entorno, y nosotros tenemos la suerte de poder visitar su pequeño rincón para disfrutar de su ya popular cocina.

No esperes un restaurante al uso. Empezó el negocio ofreciendo comida para llevar, y ahora dispone de unas contadas mesas donde puedes reservar exclusivamente por WhatsApp. Hace poco vi la película francesa Delicieux, que recrea lo que podría haber sido el nacimiento del primer restaurante del mundo, de como una casa de postas, empezó a ofrecer comida a los visitantes, y no he podido dejar de compararlo con nuestra protagonista de hoy. Un pequeño espacio, exterior, cubierto y con calefacción, y un pequeño merendero, para los días de sol. Un espacio casi provisional, sin manteles de tela o decoraciones modernas, donde la gente va a disfrutar de la comida. No vayas con prisas, porque atiende las mesas de una en una, y nunca de más de 6 personas, para garantizar que el servicio es el adecuado.

Su carta sencilla, de la que dan ganas probar todo, y que podéis consultar aquí. Nosotros en nuestra visita empezamos con un entrante, la burrata de búfala acompañado de tomates secos en aceite y una focaccia casera caliente; fantástica, fresquísima y una combinación perfecta.

Continuamos con una pizza, la Alba, con Grana Padano y mozzarella, terminada con aceite de oliva de trufa blanca. Deliciosa, con un fantástico aroma de trufa, ligera, nada pesada y muy sabrosa. La masa, fina, crujiente y sabrosa.

Continuamos con pasta, unos gnocchi de patata con crema de gorgonzola y speck. Muy buenos, nada fuertes de sabor, los gnocchi realmente ricos, textura y contraste con el speck crujiente. No podíamos dejar pasar la oportunidad y probar la carbonara, y efectivamente, tengo que decir que son los mejores que he comido en Asturias; unos pappardelle con la salsa cremosa, como tiene que ser, con el gusto al queso y la grasa del guanciale, y el gusto que le aporta la pimienta negra; fabulosos.

De postre, ofrece mantecado y bombón de la Ibense así como tartas de Verde Menta, otra mujer que ha logrado aunar su pasión y buen hacer, esta vez en repostería, con un entorno rural como es la vecina Quintueles. Optamos por la tarta de manzana, muy rica. Para beber unas copas de vino, unas cañas y un Aperol Spritz y tres capuccinos. El precio por persona fue de unos 30 €.

Harinas bio, producto artesano de proximidad, o traído de Italia, pero todo ello con un denominador común, siempre de gran calidad, y eso se nota en los sabores. Además, el cariño y la pasión están muy presentes en sus platos, y como buena italiana, no le falta conversación y carácter, para hacer de tu visita una experiencia inolvidable. Déjate aconsejar y disfruta de esta trattoria rural.


Una respuesta a “¡Que cocine Valentina!, Venta las ranas

Deja un comentario