Hoy visitamos Santander para disfrutar de unos pinchos, ya que en Gijón este estilo de comida no se estila mucho por desgracia, y visitamos el que quizá sea el sitio más famosos en este tipo de bocados de todo Santander, Casa Lita.
Son muchos los locales en los que puedes tapear algo y comerte unos pinchos por Santander, como por ejemplo Cañadio o la Casa del Indiano. Podéis buscar muchas web donde os recomendaran maravillosamente sitios donde disfrutar de unos buenos pinchos. Nosotros por la visita express que realizamos solo visitamos uno, que creemos por los comentarios, es el más destacado de todo Santander y con un concepto de pinchos similar al que podemos encontrar en el País Vasco.
Casa Lita está situado en el Paseo de Pereda 37, que para los que no conozcáis la ciudad es cerca del lugar de atraque de los cruceros y justo en frente de las famosa escultura a los raqueros. Situación privilegiada si estás de visita por la ciudad.
Llegamos a primera hora, en torno a las 12, y a esa hora ya tienes todos los pinchos fríos listos para degustar. Nombres tan sugerentes como tosta de ensaladilla de cangrejo y salmón, tosta de queso picón con compota de manzana, mousse de bacalao con salmón ahumado, mousse de foie con jamón de pato y compota de manzana, y así hasta un largo etcétera. A medida que avanza el día suelen ir saliendo las opciones calientes, donde encontrareis, si teneis suerte, solomillo de cerdo con salsa de carrilleras, focaccia con escalivada de verdura y anchoa, pollo con verduras, queso y guacamole, picadillo de ternera con berenjena, tomate y queso, y así hasta un listado que afirman es de un total aproximado de 300 pinchos diferentes. Yo de los que pude probar, todos bastante bien. El precio es de la mayoría el mismo, 2,90 €, salvo el de tortilla que es de 1,90 €. Con tres pinchos y una consumición comes perfectamente.
El personal muy atento te explicará las dudas que tengas con los pinchos, porque ya os digo que la variedad es tan grande que cuesta elegir entre tanto.
Una buena opción si visitas Santander.
La Llingua Llambiona 