Es, por lo menos para mi, obligada la visita anual a la Santina, y más en este año jubilar con motivo de los centenarios. En estas visitas, me gusta comer en Cangas, donde podemos encontrar mejor aparcamiento en época estival, y la oferta de restaurantes es amplia. La oferta amplia, si, pero una oferta muy orientada a los turistas, que puede arruinar una comida o cena con verdaderas aberraciones gastronómicas, en las que cualquier conocedor de nuestra gastronomía podría acabar llorando. Entre las diferentes opciones que tenemos de no acabar tomando un “menú asturiano” tenemos al protagonista de nuestra visita, El Molin de la Pedrera.
Se encuentra situado en la calle Río Güeña 2, junto al río y al puente. Terraza amplia sin peligro para los crios y con dos comedores amplios y cómodos. Un local cuidado y guapo. Carta amplia, con quesos, tapas, ensaladas, pescados y carnes, una cocina clásica con algún toque de creatividad y originalidad. En todo momento nos orientaron en raciones y cantidades, permitiendo medias raciones para poder probar diferentes cosas.








En nuestra visita optamos por probar algo un poco diferente de entrante, como es el mejillón sobre pan de ajo negro y vinagreta de oricios; muy rico, sobretodo si os gusta el toque diferenciador que da el ajo negro. Luego compartimos dos carnes, tacos de solomillo con salsa de Cabrales ( fuera de carta) y presa ibérica al Oporto. En ambos casos, muy rica y con muy buen punto. La salsa de Cabrales suave y todo ello acompañado de una guarnición de patatas fritas y cebollas escabechadas, muy ricas. También pude probar de la comida que pedimos a los más pequeños. La fabada de ración ( ya que disponen también de una tapa) abundante, sin apenas grasas y un rico sabor a las fabes, con razón han sido finalistas en diferentes convocatorias a la mejor fabada del mundo. Por otra parte las croquetas de jamón y las de compango ( fuera de menú) cremosas y rico sabor, media y media ración. Para beber, agua y dos botellas de sidra natural DO Sopeña, de Sidra El Gobernador , que sirven con escanciador automático.
De postre tomamos el frixuelo relleno de manzana al horno, con chocolate y avellanas, bastante rico, aunque para mi muy dulce, y una copita de sidra de hielo de Diamantes de Hielo con el café.
Personal muy atento y muy amable en todo momento. El precio para los cuatro fue de 103 euros, propina incluida. A los cafés invitados. Relación calidad precio buena. Muy buena experiencia y muy recomendable.
Pues al final lo probamos, y justificados esos cinco lametones!!!!
Estoy pensando en celebrar mi cumpleaños allí…..
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Pues me alegro un montón que os gustase. Esperamos tus comentarios y que nos cuentes esos sitios que crees que merecen ser visitados.
Saludos
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Tengo ganas de probar este sitio hace tiempo, y más viendo los cinco lametones!!!
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Un sitio de diez, y un trato de diez. Me encanta este local y siempre que vamos a Covadonga comemos aquí.
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