Un antiguo molino de agua del siglo XVIII a orillas del Pas, sirve de escenario para nuestra visita de hoy; el premiado con una estrella Michelín desde el año 2008, y con dos Soles Repsol, El Nuevo Molino.
El chef José Antonio González es su responsable. Un espacio precioso, un amplio jardín donde podemos encontrar, una capilla desacralizada y un hórreo asturiano; 3 comedores de diferente capacidad para acoger grupos de cualquier tamaño, y espacios, donde disfrutar de la versión más desenfadada de sus propuestas en Le Hórreo y la fabulosa terraza.
Cocina de mercado en el que los protagonistas son los productos cántabros, tanto de mar como de montaña, así como los productores, adaptando el recetario tradicional a las tendencias más actuales. Una carta que modifica trimestralmente en busca del mejor momento de cada producto.
Además de la carta, dos menús, el denominado largo y estrecho de 95 € (120 € con maridaje) y el menú tradición de 55 € (75 € con maridaje) que pudimos disfrutar en nuestra visita.





El menú comienza con unos aperitivos variados, como, por ejemplo, el steak tartar de vaca tudanca y anchoa de Santoña, el aperitivo de bacalao, De primero tenemos una ensalada de bacalao, setas, pimientos y pil pil. Una combinación templada muy rica, donde contrastan los amargos de la ensalada con el pil pil, el toque de la seta y el buen punto del bacalao. Seguimos con el pescado según mercado, una merluza con un punto fantástico y una y cebolla encurtida que contrastaba muy bien con la crema que la acompañaba. Seguimos con la ternera en su jugo, con zanahoria y cebolleta ecológica, espectacular. El postre, un auténtico broche de oro, torrija de pan caramelizada con helado de jengibre; un sabor excepcional con una combinación buenísima.




El maridaje, fantástico, un espumoso rosado con los entrantes, para seguir con un albariño, un black de noir con el pescado, un tinto ,creo recordar Ribera del Duero, y un Riesling alemán con los postres.
Con el café un variado Petit-fours de dulces, con una galleta de mantequilla, una trufa de chocolate y un bizcocho de chocolate. Mención por supuesto al pan, delicioso, casi un plato más del menú que disfrutar mojando en aceite de oliva.
Atención excepcional por parte de todo el servicio de sala.
