Hoy quiero hablaros de un clásico de la gastronomía asturiana que nunca pasa de moda: el LLagar el Quesu.. Este restaurante, fundado en 1931, es un verdadero referente en Bobes (Siero) y, sinceramente, no es para menos. Su parrilla y la variedad de carnes que ofrecen son, sin duda, su sello distintivo.
Situado en plena carretera AS-17, en el kilómetro 26, este lugar tiene una carta amplísima que va desde clásicos entrantes hasta los platos más contundentes que puedas imaginar. Algo que realmente es de destacar es que el Quesu es 100% libre de gluten, gracias a la certificación de la Asociación Celiaca de Asturias. Así que si tienes amigos o familiares celiacos, este es el sitio ideal para que todos disfruten sin preocupaciones.
El ambiente del restaurante es acogedor, con un aparcamiento propio y una terraza cubierta que invita a relajarse. El interior está decorado al estilo tradicional, donde puedes ver la parrilla en acción, lo que le da un toque auténtico a la experiencia.
En nuestra visita, comenzamos con unos chorizos criollos a la parrilla con un chimichurri suave que fueron un verdadero acierto. Luego, no pudimos dejar de pedir su famoso quesu a la brasa, un plato que, aunque me recordó un poco al provolone, tenía un sabor intenso que lo hizo destacar. Como plato principal, opté por unos callos con patatas; puedo decir que estaban ricos y abundantes, perfectos para los amantes de la comida casera.
En la mesa, también se pidieron otros platos como el cachopo, que estaba sabroso aunque el rebozado dejó algo que desear, y las costillas, pollo y entrecot que, según mis compañeros, estaban de lujo. Todo ello regado con sidra con escanciador eléctrico y agua, por supuesto.
Para cerrar la comida, no podía faltar un dulce, así que nos pedimos un brownie con helado que resultó muy rico. Y lo mejor de todo es que el precio fue muy razonable: solo 24 € por persona. Si les recomiendo algo es que hagan una reserva, aunque también aceptan clientes de forma ininterrumpida.
En resumen, el LLagar el Quesu es un lugar que merece la pena visitar, no solo por su comida deliciosa, sino también por la calidez de su ambiente y la posibilidad de disfrutar de platos sin gluten.
La Llingua Llambiona 