En las cuevas de Valdevimbre: Cueva San Simón

Hoy vamos a hablar de un sitio de esos a los que ir a comer y pasar el día con buena compañía, e ideal para estos meses de verano, ya que nos desplazamos hasta Valdevimbre, a unos 20 kilómetros de León, dirección Madrid, en la vía de la plata. Esta ciudad es conocida por sus cuevas, dedicadas a guardar el vino tinto cosechado en la zona, gracias a la temperatura de unos 18 grados que se mantiene constante en su interior. De las muchas cuevas, habilitadas como restaurantes, nosotros pudimos disfrutar de una de las más conocidas, la cueva de San Simón.Se trata de un restaurante con una amplia carta, en la que destacan como especialidad las carnes, gracias a su parrilla. Dispone de página web en la que consultar la carta las diferentes carnes, así como su amplia variedad de ensaladas, raciones y sus tortillas.

En esta ocasión éramos 7 personas las que nos juntábamos para comer, y pudimos disfrutar de diferentes platos que a continuación os comentamos.

De entrante, y para compartir pedimos tortilla española guisada y pantumaca con jamón ibérico. La tortilla muy buena, guisada en un pisto de tomate, cebolla y pimiento y las tostadas de pantumaca también muy ricas, con el pan tostado y un jamón bastante bueno. La tortilla esta muy bien como entrante, ay que se trata de una ración abundante con la que pueden abrir el apetito unas 5 personas. De plato fuerte tomamos dos personas secreto ibérico, otras tres chupetón de buey a la piedra y las dos restantes, un revuelto de setas y langostinos y pimientos rellenos de jamón con salsa de mollejas.

El secreto ibérico venia preparado en tiras, y acompañado de patatas fritas. Bastante bien, sobretodo por las especias que tenia, que le daban un toco muy rico. El chuletón de 1 kilo, venia preparado en finos trozos con el hueso y sal maldon. Estaba muy tierno aunque quizá algunos hubiéramos preferido que la sal viniera aparte para añadírsela una vez preparado, pero el tiempo tan corto de preparación de esta carne no provocaba que la misma perdiera agua. La ración de pimientos bastante abundante y muy buena, sobre todo para los amantes de las mollejas. Lo que menos gusto a su comensal fue el revuelto ya que al mismo le echaron lo que parecía ser un chorro de aceite de pimentón por encima, lo que cual provocaba que el sabor intenso del mismo matase un poco el del huevo y los langostinos. La ración era buena, y podía repunar un poco después de un rato. No obstante las setas variadas que traía estaban muy buenas.

De la abundante carta de postres caseros, tomamos, crema catalana, arroz con leche, mousse de chocolate blanco, tarta de queso y tarta de castañas. El arroz y el mousse estaban buenos pero resultaban un poco “sosos”, un poco insípidos. Del resto destacar la tarta de queso, especialidad de la casa y muy rica. Es del tipo flan, pero más densa, y la tarta de castañas, también muy rica, pero que hay que pedir si no repunas mucho el sabor intenso de las mismas, ya que viene bien “nutrido”. Para completar tomamos un rico café de pota y unos chupitos de orujo blanco y orujo de hierbas elaborados en una fabrica cercana, (dejando las botellas en la mesa, craso error). Todo esto, agua y pan de hogaza muy bueno, costo 23 € por cabeza, propina incluida. Tanto a los cafés como a los chupitos fuimos invitados. La decoración esta muy cuidada, dispone de aparcamiento propio y de bastantes mesas, aunque es recomendable reservar debido al número de gente que va a comer. En cuanto al trato, es perfecto, gente muy maja y agradable. Un sitio recomendable para comer en un caluroso día de verano con familia o amigos. Desde la llingua le damos 3 lametomes.


Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s