Hacia casi cuatro años que nos volvíamos a visitar un templo del producto como el El Verano, en Argueru.
Te guste lo que te guste, pero si especialmente tienes debilidad por el pescado del bueno, bien preparado y de calidad, una visita a el Verano es imprescindible.
El Verano es un pequeño restaurante que como ya os contamos en nuestra anterior entrada, tiene sesenta años de historia, en los que cuenta hasta con un incendio de su comedor, pero que después de tantos años, sigue al pie del cañón para disfrute de vecinos y visitantes. Con una terraza cubierta en el exterior y alguna mesa más para disfrute del sol, tiene en su interior un comedor no muy amplio y unas mesas en la zona de chigre de toda la vida. Su carta se caracteriza por una cocina clásica asturiana, donde podremos encontrar platos de cuchara, arroces, mariscos y pescados, carnes y entrantes clásicos, así como una variedad amplia de postres caseros.






Éramos un grupo amplio de adultos por lo que le consultamos que pescados tenían. Nos ofreció un rodaballo que tenía para seis raciones, lo que nos encajaba perfectamente junto con algún entrante.
Empezamos con un paté de sardinas gentileza de la casa muy rico. Como entrante empezamos con un pastel de cabracho y unos calamares frescos, todo ello perfecto, muy bueno. Los más pequeños optaron por un cachopo tradicional y un entrecot de vaca, ambos buenísimos, acompañados de patatas y ensalada.
En cuanto al rodaballo, poco se puede decir. En la foto tenéis la mitad de las seis raciones, y como veis venía acompañado de patata cocida y preparado a la plancha, muy bueno.




De postre, pudimos probar, todo ello casero el bizcocho de chocolate con helado de mandarina, los canutillos de crema, la torrija con helado de crema irlandesa y el arroz con leche. Todos ellos de diez, muy buenos. También un poco de Cabrales de Teyedu
Para beber tomamos sidra natural de llagar Vallina y agua. Varias consumiciones previas a la comida, y el precio fue de unos 125 € por familia. El precio es alto, pero creo que acorde a calidad y servicio. Igual no te lo puedes permitir todos los fines de semana, pero sin duda alguna es un lugar fantástico donde ir para una ocasión especial o un día de esos de «porque yo lo valgo» y disfrutar de la calidad de su mesa.